>> Construcción de barro ( tapiado de gran grosor, o adobe -mezcla de tierra y paja molida amasada con agua y secada-, que actuaba de aislante del frío y del calor) de dos plantas y normalmente rectangular.
>> En la planta baja se ubicaban todos los servicios y habitáculos de la casa -cocina, despensa, salón y habitaciones y ocasiones la cocina, careciendo de aseos- y la primera, de piso de madera, se dedicaba a doble o doblado, en el que, originariamente, se recogía el cereal y las legumbres -para preservarlos de la humedad- y que, poco a poco, se fue convirtiendo en habitaciones y otros servicios, abandonando su originario destino. La estructura es básica y el uso del espacio económico. No se parecen a algunos de los cuatro pisos o casas de cinco pisos que vemos hoy. La techumbre se apoyaba sobre madera, cubierta de tablas o cañizos de palos, sobre los que se colocaba el barro para sujetar las tejas.
>> A continuación del cuerpo de casa estaba la cocina de leña o de horno, por tenerlo adosado, y, en muchos casos un pequeño patio, en el acostumbraba estar el pozo. Le seguía el corral, amplio, y dedicado a la recogida del estiércol de los distintos animales, y en el que se depositaban las barreduras de la era para putrefacción. Alrededor del mismo se situaban las cuadras de los diferentes animales, así como alguna sebe para almacén de heno y de paso de protección animal contra el frío invernal y chamizo o tenada para la leña. Al final del solar solían ubicarse los pajares y las puertas traseras, con acceso a otra calle y para entrada de carros y ganados. Cuando la vivienda no daba a dos calles, los pajares y la entrada trasera estaban a continuación y en la misma acera que la vivienda.
>> Otras construcciones auxiliares eran las paneras, para recogida del grano, y los palomares. La última vivienda de barro en el pueblo data de los años sesenta del pasado siglo, a partir de cuya fecha se utilizan materiales modernos de construcción -incluso las fachadas de las casas de barro se revisten de otros materiales-.