¿Sabías que...?

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Cimanes de la Vega, Bariones de la Vega y Lordemanos

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Despedida y entrevista a D. José Luis PDF Imprimir E-Mail
 

La llegada del nuevo año 2007 trajo consigo el relevo en la titularidad del sacerdote encargado de
los servicios religiosos en la Parroquia de Cimanes. Asistimos a la marcha del hasta entonces responsable, D. José Luis Olivares Alonso, a la parroquia de Santo Toribio de Mogrovejo de León, a la que fue destinado, y a la llegada de su relevo, D. Justo Rodríguez, que ya atiende a varias parroquias, entre ellas la de Bariones.
Al primero le damos las gracias por el tiempo en que nos prestó servicios, le deseamos suerte en
su nuevo destino y le decimos ¡Hasta siempre!. A D. Justo, le damos la bienvenida, agradecemos
por adelantado sus servicios, le deseamos suerte y acierto y nos ponemos a su disposición. ¡Bienvenido!.

Con motivo de este acontecimiento, vamos a entrevistar a D. José Luis, para conocer sus experiencias y los recuerdos que se lleva.

Antes que nada, quiero felicitar al Municipio de Cimanes por esta inquietud cultural que ha aflorado en este momento con la creación de este medio que, sin duda, debiera de interesar y haceros sentir orgullosos de ello. Con gusto quiero poner mi granito de arena. Me siento solidario de y con vuestro orgullo. ¡Felicidades!.

P.- Cuando hace seis años le nombraron sacerdote de Cimanes, ¿Qué impresión tuvo de esta parroquia?

R.- Es posible que presentarse en una parroquia como parche o solución a una circunstancia acaecida, cual fue la muerte del párroco anterior, D. Amador, haga que uno se acerque como una
fácil, rápida y provisional solución. Pero una vez que has entrado y llevas un cierto tiempo, la realidad comienza a ser distinta. Te sientes cara agradable con los que desean reconocer en tu
cara algo o alguien conocido y entregado. Y comienzas a comprobar cómo, a pesar de la cercanía
en que había vivido desde las otras parroquias respecto de Cimanes, y aunque había venido
más de una vez con motivo de algunas celebraciones o acontecimientos especiales, nunca
me había sentido tan cerca de toda su gente. Seguí, de verdad, aprendiendo a querer porque
creí que merecía la pena quereros.

P.- Para este pueblo usted no era desconocido, ¿Le costó mucho integrarse en la familia parroquial?

R.- Resulta siempre difícil ocupar un vacío de calidad, Cimanes, que ha estado atendido por un
sacerdote, D. Amador, y por un periodo de tiempo tan largo. Pero el tiempo y las actitudes allanan el momento de la entrada y residencia. Es posible, y lo lamento, que a muchos no llegara a conocer por el nombre, pero también es verdad que a otros muchos les conocí y, puedo decir con
verdad, que llegué a quererles mucho. Y una prueba bien clara fue lo que me costó tener que dejaros cuando llegó el momento de deciros adiós.
En estos tiempos que nos toca vivir, no hay duda que es muy difícil evangelizar; en otras palabras, no es fácil el cometido del sacerdote en el medio rural…

P.- ¿Se sintió arropado en su trabajo en esta parroquia?

R.- Hay que admitir que, dadas las circunstancias, hoy es muy difícil llegar a creer que todos están contigo y todos piensan como tú, pero la labor pastoral del sacerdote es labor de fermento y levadura. Y, con orgullo para los de Cimanes, se puede afirmar que fue bastante fácil mantener una relación y comunicación con un buen grupo de buenos hombres y mujeres que quisieron decir que sí. Como muestra, pongo el ejemplo del Coro Parroquial, con el que me sentí muy identificado y muy ilusionados todos y todas.

P.- Nos consta que usted se hizo querer por los mayores, los jóvenes y los niños, ¿Con qué recuerdos se quedaría de este pueblo?

R.- Con el corazón en la mano, en sinceridad, debiera de decir que, sintiéndome poco y pobre en mis cualidades, parece que recuperé un poco el don de mi persona en esos momentos que suelen ser los más sinceros y más sentidos de la despedida. En el respeto os traté y así seguiréis dentro de mí.

P.- Hoy en día se oye, con mucha frecuencia, que la religión está en decadencia. ¿Usted cree que la fe que vivimos ahora es más auténtica, o los cristianos pasamos un poco de todo lo que puede comprometernos?

R.- Tal vez tengamos la idea de que la religión está en baja. Pasar de todo se está convirtiendo en moda. Pero yo me atrevo a decir que estamos asistiendo a un momento en el que la autenticidad se impone. En todas las direcciones. Quiero afirmar con ello que unos, en su abandono voluntario, se van a sentir más lejos cada día y otros, los coherentes en su vida, desean estar y ser de verdad cristianos auténticos. La Iglesia, para unos, dejará de tener contenido y mensaje. Pero, para otros, será su verdad y su vida.

P.- ¿Dónde se trabaja más, en las parroquias rurales o en las urbanas, como es ahora su caso?


R.- Conozco mi labor perfectamente, de antes en esas parroquias y de ahora, en una única parroquia. La diferencia es muy notoria. De tener que dedicar bastante tiempo del día a los traslados de una a otra parroquia; a tener que dedicar, olvidándose del coche, tiempos y tiempos a todas las actividades pastorales parroquiales que hay aquí en esta parroquia de Santo Toribio de Mogrovejo de León. Y con gozo, tengo que decir, que hay mucha gente en esta parroquia que sienten la Iglesia como suya y dedican tiempo y momentos para la formación personal y los compromisos parroquiales. Y allí, se quiera o no, debe de estar el sacerdote. El censo parroquial, tan distante en número, requiere atenciones distintas. Y merece la pena.

¡Gracias por su amabilidad y suerte en su cometido en su actual parroquia!


Gracias a vosotros por acordaros de mí y aprovecho para enviar un saludo a todo el equipo de
“Divisina”, y, como no, también a todos los vecinos de Cimanes.


Autor: Mª de los Remedios Carbajo Martínez

   
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